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Mejoras obras de Fernando Botero

Mejores obras de Fernando Botero

Fernando Botero ha echo a lo largo de su vida muchas obras, sin embargo hay algunas que han sido mucho mas exitosas que otras.

Una familia 1972
                               

Esta ha sido una de las obras mas importantes de Botero, debido que se vendió por un valor 2.080.268 dólares en el 2011 en la casa de subastas Sotheby's de nueva york.

Considerado por muchos entendidos como uno de sus mejores trabajos, en el cuadro podemos resumir perfectamente las características esenciales de su inconfundible estilo personal: colores vivos e intensos que se combinan con formas agrandadas que aumentan vertiginosamente el volumen de los cuerpos de las personas y de los objetos. Es el triunfo del color y de las líneas curvas que dotan a las obras de Botero de una gran fuerza y sensualidad, al mismo tiempo que transmiten al observador una clara sensación de tridimensionalidad de las figuras.


Los músicos 1979


Esta obra se vendió por un valor de 2.032.000 dólares en la casa de subastas Christie´s de nueva york y se trata de una escena costumbrista de su Colombia natal, en la que se encuentran algunos músicos con diversos instrumentos.

Creada en 1979, se trata de un óleo sobre lienzo que representa una escena costumbrista de su Colombia natal, una fiesta amenizada por nueve músicos con diferentes instrumentos. Fue portada del catálogo de la primera exposición retrospectiva que realizó Botero en Estados Unidos, concretamente en el Hirshhorn Museum de Washington.

Este óleo es un ejemplo claro de la idea de belleza del pintor Botero; para él la belleza es la ausencia de defectos. Por eso, sus cuadros no tienen sombras acusadas porque según el artista manchan el color, que es el elemento primordial de su obra. Por tanto, en sus cuadros la luz nace del propio color de las formas, no de un foco exterior que proyectaría sombras sobre las mismas.


Escena familiar 1969


Nos encontramos ante otra de las pinturas más conocidas del artista colombiano; este óleo sobre lienzo pertenece a una serie de retratos familiares –La familia presidencialLa familia Pinzón…- que han sido clave en la trayectoria pictórica del artista. De hecho la familia ha sido un tema central en la obra de Botero en el que ha radiografiado la idiosincrasia de la clase media colombiana.
Este cuadro nos servirá para ilustrar otra característica de su obra: la atemporalidad. Si viéramos los diferentes retratos familiares anteriores y posteriores a este lienzo de 1969, veríamos que los personajes de sus cuadros reproducen unos atuendos y unas maneras propias de los años cuarenta o cincuenta del siglo XX, aunque la obra se realice veinte o treinta años después. No desentonan porque el autor no busca recrear una época concreta sino un concepto, donde sus figuras son simbólicas porque representan unas ideas que van más allá del tiempo.
Los juagadores de cartas 2 1989

Esta obra se inspira en la famosa obra de Paul Cézanne (1839-1906), Jugadores de cartas. La partida que el postimpresionista francés sitúa en una solitaria mesa de un café parisino entre dos tristes personajes, Botero la convierte en un acto festivo dentro de un burdel de la Colombia de mediados del siglo XX.
Como hará con Velázquez, Manet o Mantegna, Botero toma de referencia las obras de los grandes pintores y las reinterpreta dándoles un nuevo significado acorde con su forma de ver el arte y la vida, construyendo no copias, sino obras totalmente nuevas. Ésta es una de las mejores virtudes del artista colombiano, otro de los rasgos que le ha llevado a ser uno de los grandes genios actuales del arte.
El domingo por la tarde 1967

La escena que Botero representa en este cuadro refleja muy bien el profundo conocimiento que posee del arte universal. Elartista colombiano ha sido un gran estudioso de los grandes movimientos pictóricos, del alma y motivaciones de los mismos; ello le ha servido para tener las herramientas necesarias para construir su lenguaje artístico tan personal.
El domingo por la tarde refleja, aparentemente, una escena habitual y corriente extraída de la realidad: una familia se divierte en el campo. Sin embargo, a través del engrandecimiento del volumen de los personajes y el tratamiento del paisaje que los envuelve, Botero crea una escena irreal que parece extraída de un sueño, sensación que aumenta con la presencia absurda del soldado del fondo. Este guiño a la pintura surrealista representa muy bien una idea central y constante en la obra pictórica del artista colombiano: la transmisión de símbolos, de ideas, de sensaciones no de realidades concretas ni temporales.
Durante mucho tiempo, este cuadro de Botero ostentó el record de ser el más caro de su obra, gracias a los 1.400.000 dólares que se ofrecieron por él en la casa Sotheby´s el 23 de noviembre de 1992. Dicho récord no sería batido hasta mayo de 2003, fecha en la cual Los Músicos fue subastada por 2.032.000 dólares.
El cuadro representa la habitación de un burdel de la Colombia de mediados del siglo XX. La genialidad de Botero radica en ser un cronista de la realidad social de su país, incluso de sus problemas, pero sin dramatismos ni violencias. Salvo en series como la colección titulada El dolor de Colombia o la que retrata las torturas de la cárcel de Abu Ghraib, en las que el dolor y la violencia aparecen representadas más crudamente, las obras de Botero retratan la sociedad con tonos suaves. Ello lo logra formalmente a través de la viveza y luz de sus colores, la actitud de sus personajes y la construcción formal de sus cuadros, donde se dibuja claramente un eje central donde convergen todas las líneas compositivas, proporcionando una sensación de equilibrio y de tranquilidad a las escenas. Esa es sin dudas una de las obras de arte colombianas más famosas y representativas.
Le déjeuner sur L´Herbe 1969

Almuerzo sobre la hierba es otro ejemplo de reinterpretación libre y muy personal por parte de Fernando Botero de las grandes obras del arte universal. En este caso se trata del cuadro homónimo de Manet, precursor del Impresionismo. Si en el siglo XIX el cuadro de Manet marcó un antes y un después en la forma de expresión de la pintura artística así como en sus técnicas, este cuadro de Botero marcó también un punto de inflexión muy importante en su vida como pintor.
Con “Le déjeuner sur L´Herbe”, Botero puso los cimientos de su original e inconfundible estilo personal. Justamente con esta obra de 1969, Botero fue dejando atrás su inicial lenguaje de figuras planas y cuadradas y fue optando cada vez con mayor  fuerza por las formas más redondeadas y con volumen. Al mismo tiempo, los toques de sombra que aparecían en sus obras anteriores fueron desapareciendo bajo la luz de los vivos colores de su paleta. Finalmente la pincelada suelta y abierta que habían caracterizado sus obras años antes, empezó a ser sustituida por pinceladas más cerradas que delimitaban más claramente los contornos de las figuras.

Los amantes 1969


Fernando Botero encontró en el arte italiano del Renacimiento buena parte de las claves fundamentales para su peculiar estilo pictórico. Ello se ve claramente en Los Amantes en tres aspectos: la monumentalidad de las figuras, la concepción del cuerpo femenino y la perspectiva utilizada.
El arte de Botero engrandece el tamaño de sus figuras humanas, dándoles una tridimensionalidad escultórica que recuerda a autores como Piero della Francesca o Ucello. Al mismo tiempo, las formas tan voluminosas de la mujer de Los Amantes tienen sus reminiscencias en Tiziano, Miguel Ángel o en el pintor barroco Rubens.
Finalmente, el acusado contraste de perspectiva que observamos en el cuadro es un recurso habitual en la pintura renacentista, que en el caso de Botero tiene un alcance simbólico: dar una sensación de irrealidad y de misterio a la obra. La empequeñecida figura del varón dormido le hace más parecido a un niño que duerme tranquilo o a un hombre que está soñando con una especie de diosa o figura irreal.
La genialidad de Fernando Botero radica en la definición de un lenguaje expresivo muy personal, inconfundible, que le ha servido para crear formas artísticas originales, con sello propio, donde lo real se funde con lo irreal con el objetivo de transmitir al público de sus obras todo tipo de sensaciones.

Comentarios

  1. Me encanta tu tema y la manera en que lo desarrollas, esta muy claro y muy bien redactado

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